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Luchando Conmigo Misma en La Oscuridad...


 

Me he pasado la mayor parte de la noche luchando por no llamarle.

 

Intento no pensar en el lunes, no pensar en mis miedos, en las implicaciones, en las estadísticas.

 

No pensar en radio ni quimioterapia, no pensar en quirófanos, no pensar en muerte...

 

Porque sé que no sirve de nada torturarse, pero el miedo me atenaza, la angustia me puede...

 

Y echo de menos al amigo que fue mi apoyo en los peores meses. Al que me ayudo a salir a flote, el que estaba ahí, alentándome no importaba la hora... y a ratos em siento débil, porque me falta y necesito esa parte de él, mucho más de lo que alguna vez necesité su amor...

 

Porque siento que sólo él sabe por lo que he pasado este tiempo, porque fue algo compartido, algo que pasamos y aprendimos a superar poco a poco juntos... Sólo él sabe del esfuerzo, del desaliento de los momentos bajos, cuando sabía decir la palabra justa para infundirme fuerza y valor... Y anoche necesitaba a ese amigo con todas mis fuerzas...

 

Pero lucho. Lucho para recordarme que ya no está. Que me hice a mí misma una promesa... que salí de su vida para dejarle ser feliz...

 

Después llamé a mi sire... pobrecillo, estaba dormido. Este mes es muy duro en el trabajo... Elisa lo tenía apagado, luego pensé que seguro estaría con Nacho... Todo se me hacía más cuesta arriba sin ellos...

 

Soy fuerte. Muy fuerte. A veces yo misma me asombro de cuanto... pero sola no puedo.

 

Intenté no pensar, encendí la luz, intenté leer, escuchar música... pero lo único que tenía a mano era ese maldito CD. -Me quedé queriendo solo... Si tú no estás aquí...- Cuando lo grabé sabía bien porque lo hacía... A veces tengo esa extraña capacidad de saber que va a pasar...

 

Intenté pensar en cosas positivas...

 

A veces pienso que me estoy volviendo loca... y en esos momentos necesito hablar con alguien para sentir que vuelvo a la realidad, para no dejarme llevar por el dolor...

 

Pero estaba sola. A parte de ellos sólo hay una persona más que tenga unos horarios lo bastante raros y tengamos una confianza suficiente como para que no le extrañe que le llame a las tantas de la mañana porque me siento mal...

 

Pensaba llamarle. Luego decidí que no. Es que me confunde. Me ofrece su amistad y me dice que quiere que me desahogue, que no me guarde nada, que le diga todo lo que pasa por mi corazón y mi mente... y después se molesta si lloro. Me dice que uno debería llorar a solas encerrado en su habitación y escondido bajo las sábanas...

 

Es tan contradictorio que a veces me da miedo hablar, molestar, no se... Lo pensé mucho rato. Finalmente decidí llamarlo. Prefería oirle riñendome enfadado por mis lágrimas que seguir estando así de sola en una noche en la que todo era como un pozo sin fondo y en la que ninguna de las cosas que intentaba servía para arrancarme la angustia del alma, el dolor del corazón.

 

Al final me decidí. Lo llamé.. Tanto darle vueltas a si debía hacerlo o no... y debía haber salido. Porque acostarse nunca suele acostarse tan pronto...

 

No importa me dije. Respiré hondo. Intenté relajarme. Pensé en cosas bonitas. Intenté cerrar los ojos, acurrucarme y recordar momentos que me hubiesen hecho sentir feliz y segura... pero no podía.

 

No recuerdo bien en qué momento ni como, pero me recuerdo ante la puerta de la nevera comiendo compulsivamente. Después... la vergüenza, el dolor, el odiarme a mí misma, la culpabilidad... y una madrugada de rodillas en el aseo, vomitando, como otras...

 

Y hoy... hoy me siento una mierda. Una inútil. Un fracaso. La semana que viene tengo cita con Rocío, mi psicóloga. Sé lo que me dirá; que un episodio aislado es normal... Pero yo ya no veo nada normal ni en mí, ni en mi vida. Me veo en el inicio de una cuesta abajo cada vez más profunda.

 

Al menos no engordo. He perdido casi 15 kilos. Pero no es suficiente. Me veo horrible. Odio que me digan que soy guapa. Siento que me lo dicen por compasión. "vamos a animar a la pobrecilla". Como si yo fuese ciega. Como si no me viese en los espejos, como si no fuese para mí cada día un suplicio vivir dentro de este cuerpo.

 

¿Qué más da lo que diga la maldita báscula?¿Qué más da que me digan que soy bonita, o que me miren? El otro día en la fiesta... Todos diciendome lo guapisima que estaba con el vestido... y aquel chico... mi primo diciendome que me estaba mirando porque yo le gustaba... y riñendome porque yo le decía que me miraba por lo fea que estaba...

 

Y ¿cómo ser racional?¿cómo creer que de verdad lo piensan cuando me dicen que soy guapa, si yo me miro en el espejo y me veo totalmente diferente? Y me asusto. Porque no sé porqué no puedo verme de otra manera.

 

Porque antes no era así. Antes estaba feliz con ser yo, era una persona extrovertida, divertida, con ganas de vivir... no me costaba encajar en ningún lado, ni hacer amistades nuevas... y ahora... no me soporto a mí misma la mayoría de las veces, cada día me cuesta más no encerrarme en mí misma y animarme a tratar con la gente, no confío en nadie, he perdido toda chispa, toda la felicidad... Siento que ahora sólo vivo para el dolor y para controlar mi cuerpo y la maldita comida...

 

¡¡ODIO ESTA MALDITA ENFERMEDAD!!

 

CryCryCryCry

 

2 comentarios

Pilar -

Hola:
No he podido evitar escribir, pues tras leer unos cuantos textos las lágrimas han brotado por mis mejillas.Es curioso como el ser humano puede escribir preciosidades en los momentos más duros...y paradójicamente...preciosidades tristes.
En tus palabras me siento muy identificada,...el odio hacia uno mismo a pesar de las palabras de aquellos que intentan levantar tu ánimo,los atracones inevitables,el dolor que sientes en tu interior y muchas veces ya no sabes ni la razón de ese dolor,la locura que sientes por sentirte así y no poder hacer nada al mismo tiempo,...
Nunca pude vomitar pero psicológicamente lo abré sentido mil veces...me doy asco a mi misma y cada vez que me dicen algo hermoso lo niego.Creo que ya ni siquiera tengo una imagen definida de mi misma porque he oido siempre las dos versiones de mi y llega un momento en el cual no sabes que creer.
Ojalá salgas pronto de este pozo que parece no tener fin pero estoy segura,y asi deseo que sea,de que así será y cuando eso ocurra verás todo de distinto color.La vida es dura y no todos son capaces de luchar tanto como he podido leer con tus palabras.Mucho ánimo y si quieres cualquier cosa creo que te pasan el mail de los que escriben comentarios.
Se fuerte y no desistas nunca.Aunque parezca imposible en muchas ocasiones,hay cosas que merecen la pena y por las que te recomiendo luchar.
Un fuerte abrazo.

Mar -

Hola guapa:
Me gustaría saber cómo te sientes ahora que han pasado tantos meses desde que escribiste ésto. Ojalá Dios te haya dado la fortaleza sufuciente para superarlo. Un besote guapa!!!!