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Empezando el 2006

Dice una costumbre brasileña que como son los primeros doce días del nuevo año resultarán los meses... por eso es tan importante empezarlo de forma positiva y relajada, intentando vivirlos felizmente..

 

Espero de todo corazón, que no sea cierto.

 

Y que tampoco lo sea la tradicional frase "lo que mal comienza mal acaba"... Porque el inicio del 2006 no está siendo muy bueno, y lo que le sigue no se presenta muy halagüeño.

El primer día del año me despertó con una desagradable sorpresa. Noticias del hospital. Los resultados de welito eran peor de lo que pensábamos.

 

La ecografía de abdomen ha revelado que tiene un tumor en el hígado. Nos han dicho que es bastante grande, que ya está extendido y tiene metástasis en varios sitios, que debemos perder toda esperanza.

 

Me ha hecho recordar la situación de hace años. Mi abuela sufriendo durante dos años con la quimioterapia, con todo tipo de tratamientos, para terminar muriendo entre dolores terribles...

 

Por mucho que me duela perderle, ahora me encuentro rezando para que el final no se haga largo, para que el sufrimiento no se prolongue.

 

El segundo día fue largo, muy largo. Intentando hacerme a la idea, intentando vencer mis nervios pues hoy me tocaba ir a mí a consulta por los resultados de mi revisión, la vuelta a casa despues de esos días de "exilio" forzoso...

 

Me sentía un poco sola, un poco abandonada a mi suerte rodeada de tanta gente que parecia feliz..

 

No se, necesitaba sentirme apoyada, que la gente que dice quererme me lo demostrara... Me sentía vulnerable y creo que por primera vez en mucho tiempo no me protegía frente a todos y me permitía a mí misma mostrar cariño, no ser distante...

 

Necesitaba por una vez no estar pendiente de los sentimientos y necesidades de todo el mundo, no tener que demostrar nada, no tener que dar nada, y que me diesen a mi...

 

Necesitaba cariño, apoyo, sensibilidad, tacto, alguien que sólo por un día cuidase de mí un poquito.

 

Saber que le importo de verdad a alguien, que no todas las personas dicen que estarán siempre a mi lado y acabarán desapareciendo... Y supongo que me hizo llorar ver de manera tan clara que realmente estaba sola.

 

Y el día de hoy... bueno. Estoy un poco bajo shock aún. Las pruebas han dado malos resultados.

 

Vuelta a empezar de nuevo. Aún no sé si me tienen que volver a operar y esta vez de una manera más radical, o si antes de eso tenemos que probar con otras terapias. El doctor ha dicho que es algo que debemos meditar y decidir conjuntamente. Tengo miedo. Pasar por todo de nuevo es algo que no puedo imaginarme..

 

Hay veces en las que uno se siente mal y desesperado, y desea, o cree desear, estar muerto... pero cuando realmente la posibilidad existe, se da cuenta de que para morir hay que ser tan valiente como para vivir. Que cualquier cambio es doloroso.

 

Me asusta la muerte, me asusta el dolor... me asusta la soledad. ¿cómo seguir adelante?

 

No hay nada más frustrante para un médico que estar enfermo... Te sientes impotente, porque nada de lo que has estudiado cambia nada, porque no puedes hacer absolutamente nada para solucionarlo... y por otro lado, sabes perfectamente lo que te espera. Conoces cada signo, cada síntoma. Conoces las posibilidades de tratamiento, el grado en el que funcionan o no, las posibles secuelas, los posibles resultados... y sobre todo, conoces las malditas y crueles estadísticas.

 

La idea de pensar fríamente que tu vida puede acabar a los veintitantos hace que te plantees muchas cosas.

 

Te das aún más cuenta de todo lo que no tienes y tuviste, de todo lo que te falta por hacer, por sentir... añoras aún más a las personas, las situaciones y los sentimientos que perdiste... y te da un poquito por pensar que tienes que darte prisa en vivir, por si realmente queda poco...

 

No sé, creo que hoy no es buen día para escribir. Estoy de un humor extraño. Triste, asustada, dolida...

 

Si realmente esa tradición brasileña tuviese algo de verdad, me esperaría un mes de enero triste, un mes de febrero largo y muy solitario, y un mes de marzo de angustia, miedo, soledad, dolor... Veremos mañana que me depararía abril... cuando se toca fondo y las cosas van tan mal, nada puede ir a peor, ¿no?...

 

(3 enero)

 

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