La Luna Enamorada
La luna se acerca cada noche, coqueta, a mirarse en la laguna.
Saca su peinecito de plata y desenreda su larga melena, mientras su blanco rostro se refleja en el agua.
Noche tras noche, pensativa, reflexiona.
La luna es muy sabia. Sabe todo lo que alguien puede aprender de los astros, del espacio, del tiempo, de todo aquello que puede observar noche tras noche desde el firmamento, pero hay algo que no sabe, que no entiende... No sabe lo que es querer, no comprende el amor.
El gitanillo la observa entre los juncos.
La luna no se da cuenta.
El gitano está prendado de su reflejo en la laguna.
Noche tras noche se acerca a observar como se peina, suspirando por acercarse y sentir esa piel blanca junto a la suya morena...
Una noche el gitanillo suspira de amores y la luna que lo oye, asustada se oculta tras las nubes.
"Luna no te vayas" pide el gitano.
La Luna se asoma curiosa y mira entre los juncos... ¿de donde sale esa voz melodiosa? ¿quién le pide con tanta suavidad y dulzura que no marche?
El gitano se acerca a la orilla donde la luna se refleja, y con mirar dulce acaricia su piel de alabastro.
La luna tímida mira al gitano. Nunca vió ser tan hermoso, nunca antes conoció esa piel de aceituna, esos ojos de cielo, esa sonrisa de perlas, esa voz de algodón suave...
El gitano y la luna pasan la noche entera a solas junto a la laguna. Hablando de lo celestial, de lo humano, desnudando el alma entre susurros y palabras.
Van sucediendose los días, las semanas... La luna acude cada noche a la laguna a encontrarse con su amado.
Ahora lo entiende, ya sabe lo que es amar... amar es ver sus ojos cuando mira al cielo, es no desear más que el que llegue la noche y no desear vivir en otro lugar que las aguas de la laguna. Es no querer vivir sin el arrullo de la voz de su gitano, es suspirar por cada palabra de amor que le dice, es imaginar poder sentir algún día el sabor de sus labios.
Una noche, la luna acude a la laguna, pero no encuentra a su gitano.
Paciente lo espera, mientras desenreda su larga melena suspirando.
Las horas pasan, y la luna se va inquietando. ¿Estará bien su amado? Quiera el cielo que nada malo le haya pasado...
La luna se asoma entre los juncos y encuentra a su gitano rendido de amores con una mujer de piel blanca a quien coge de la mano.
La mujer hace ademán de irse.
"Mujer, no te vayas" Le dice el gitano, con la misma voz melodiosa que un día dedicó a la luna.
La mujer se vuelve y le sonríe, se acerca y el gitano besa sus labios.
Le jura que nunca amó como a ella está amando. Que una vez creyó amar a la luna, pero que sólo quedó prendido de un reflejo en un lago, que no se puede amar imposibles, y que ese sentimiento ya lo ha olvidado.
La luna llorosa escapa a esconderse en la laguna, ahora si aprendió de verdad que es el amor.
Aprendió que amar duele.
Que un gitano nunca puede enamorarse de la luna, si no quedarse prendado de su reflejo en la laguna.
Que no debe poner el corazón en amores imposibles.
Sufre cada noche viendo a su amado dedicando a otra sus miradas, sus caricias, sus palabras...
Pero la luna no se arrepiente de haber amado al gitano.
Porque aprendió a sentir, y vivir, a amar, aprendió todas esas cosas que no podía aprender de los astros, del espacio, del tiempo, aprendió cosas que solo podía aprender amando a un gitano concreto en una laguna concreta.
2 comentarios
Charlize -
No es que intente cerrarme conscientemente y lo sabes, solo que ahora mismo he dejado de creer en muchas cosas y el que vuelva a confiar en alguien y a abrirme de verdad lo veo como algo muy lejano. Uno tiene que curarse primero.
Ademas, ya sabes que gato escaldado huye del agua :P Ojalá tengas razón y haya por ahí una persona para mí. Porque si existe será como dicen en el alkimista: el universo entero conspirará para que estemos juntos. Sólo tengo miedo de que esa persona haya aparecido y yo la haya dejado pasar de largo sin darme cuenta...
Yo tambien te kiero muxo muxo :***********
Eli -