Blogia

No Me Hables de Morirte

 

 

No vuelvas a decir que quieres morirte.

 

No lo digas más, porque me hace daño, lo sabes, y no lo entiendo.  Salvo que lo que busques sea, precisamente eso.

 

Otro ciclo más, y acabamos como siempre.

 

A veces pienso que realmente disfrutas cuando me haces daño, que es una forma de demostrarte a tí mismo que por mucho que diga, seguiré siendo tu amiga, me sigues importando. 

 

Pero en estos momentos, hablarme de muerte es cruel.

 

Sabes que en dos meses he enterrado a dos personas a las que adoraba. Sabes que cuando uno siente la muerte cerca, cuando la incertidumbre se enreda en tu piel, cuando el miedo te cala hondo y realmente existe la posibilidad de dejar de vivir, por muchas veces que uno antes hubiera deseado rendirse y morir ante cualquier problema, se rebela y empieza a apreciar la vida, a no resignarse a abandonarla, precisamente, porque es propia, porque uno no acepta que se la arranquen sin más...

 

Y tú me hablas de morirte.

 

Pensé muchas cosas de tí a lo largo de los años. Unas buenas, otras no tanto, otras francamente malas, pero nunca pensé, niño, que fueras un cobarde. Sabes que no soporto la cobardía. Y ahora mismo lo estás siendo. A los problemas uno se enfrenta, a las dudas les busca respuesta, a los miedos se les afronta.

 

Te he ofrecido veintemil veces mi amistad y te he alargado la mano por si la necesitabas. Te he dicho hasta la saciedad que hables conmigo, que puedes contarme lo que te pasa.  Nunca me voy a negar a escuchar cuando quieras hablar, pero ya te he dicho, que no puedo obligarte. Si prefieres ahogarte estás en tu derecho.  Pero no me tortures diciendo que quieres morir sin decirme que te pasa y luego hagas lo de ayer. Porque sabes que por mucho que a veces acabes con mi paciencia y desee mandarte a la porra no dejas de importarme.

 

Que aunque nunca te acabe de comprender, ni tú a mí, y nos pasemos la vida dando vueltas en círculos de cariño-odio, siempre puedes contar con mi amistad en las horas bajas.  Siempre olvidaré las ofensas, los malos ratos, el daño, y recordaré sólo que soy tu amiga si me necesitas y me llamas.

 

Pero por favor, jamás vuelvas a hablarme de morirte...

 

 

0 comentarios