Puedes contar conmigo
Durante estas largas noches de insomnio, he reflexionado mucho.
Tuve momentos muy malos, otros no tanto, momentos de desesperación y momentos de claridad...
Pensé sobre mi vida, sobre la gente que me importa, sobre lo afortunada que era por tenerlos a mi lado, y comprendí que a lo mejor no he sabido hacerles entender que significan para mí, hasta que punto son responsables de que siga aquí, de que no me rinda, de que en los momentos durísimos no me haya hundido, o de que, si lo he hecho, haya sabido remontar el vuelo...
Y es a esas personas a las que estoy orgullosa de llamar mis amigos... Pensé en cada uno de ellos, lloré mucho... y decidí que era estúpida por seguir levantando a veces muros, por seguir protegiendome incluso frente a ellos... Que si me encierro en mi caparazón, ningún dolor entrará dentro... pero... y que hay del dolor que me causo a mi misma? del hecho de no permitirme ser transparente, ser yo sin temores? Y ví claro, creo que por primera vez, que todo el dolor es inevitable... que cuando algo se cierra herméticamente, nada puede entrar, pero tampoco salir... y ese dolor hiría creciendo dentro de mí sin encontrar ningún resquicio por donde liberarse y destrozandome lentamente, como un cruel veneno, extendiendose por mi alma...
Y decidí que no es eso lo que quiero para mí.
Y decidí que lo primero que debía hacer era hacer sentir a esas 3 personas que de algún modo me han llegado al corazón, que realmente aprecio que me hayan hecho sentir que la amistad existe cuando dudaba de ella...
Así que, éste y los dos siguientes artículos, van dedicados a cada uno de ellos...
Estoy seguro de que cada uno sabrá cual se dirige a su persona. Mil gracias a los 3, por ser como sois, por dejarme ser parte de vuestra vida y por formar parte de la mía.. Os quiero con todo mi alma a cada uno de vosotros :*
1.- A mi niño...
Pensé en tí...Y así un día después de otro, intentando comprender la historia de tu corazón, tu dolor, tus preocupaciones, intentando sentir lo que tú has sentido
Me fué imposible evaluar tantos sentimientos en tus manos, en tu corazón, en tu mente. Tanto amor ahogado en lágrimas, tantas lágrimas ahogadas en silencio, tanto silencio ahogado en incomprensión.
Todo y todos te indican cual es tu puesto, cual es la dirección que debes seguir, incluso yo a veces. Y tú, tan solo tú, sacas valor y determinación para ponerte en el sitio que has elegido, para seguir el camino, equivocado o no, que marca tu corazón.
Te quiero amigo mío, desde el fondo de mi alma. Te quiero por todo lo que tu amas, te quiero por todo lo que has sentido, te quiero por cada una de las lágrimas que se han escapado de tus ojos, te quiero por todos y cada uno de tus silencios, y por todas y cada una de tus palabras.
Te quiero, no por lo que hayas sido para mí, por lo que seas para otros, ni por lo que serás, sino por la sensibilidad de tu alma, por el valor de tu espíritu, por el dolor de tu corazón, por la fuerza de tu determinación, por el apoyo que me das... Te quiero vayas a donde vayas.
No te rindas, amigo mío. La vida está compuesta de inviernos y primaveras... Cuando a nuestra vida llega la primavera, las rosas, para gente como tú, son mucho más brillantes, mucho más frescas, mucho más hermosas, a pesar de las espinas.
Y las rosas llegan..., siempre llegan...
Nunca vienen cuando las necesitamos con más urgencia, cuando las llamamos a gritos, ni siquiera cuando las vamos a buscar.
Simplemente llegan... sabes bien, que todo tiene su momento.
Y la felicidad, durante ese tiempo en que la primavera permanece con nosotros, en nuestro corazón, es infinita...
Seguramente, es mas fácil para mí decir todo esto ahora que hace unos días...
Quizás algunas palabras, algunos pensamientos, algunos momentos, hayan borrado mil tabúes...
Quizás ahora pueda ser más yo que nunca... Quizás, llegó el momento en el que comprendí que no es bueno para mí guardar siempre silencio, que no me hace feliz el vivir sólo hacia adentro... Que me siento plena cuando comparto mis sentimientos con la gente que me importa... Tú sabes que esa gente, no es mucha, pero conoces bien, mi niño, que eres uno de ellos...
Y te quiero, aún más, por el dolor que, a tu corazón, ha de llegar, por las lágrimas que tus ojos aún deberán derramar, y por toda la incomprensión que tus oídos habrán de escuchar. Te quiero en el invierno, y en la primavera, cuando haya rosas en tu vida, y cuando no...
No te rindas, amigo mío, porque el dolor y el sufrimiento son los compañeros habituales de casi todas las personas. Y como tú me has demostrado en muchas ocasiones, un corazón que sufre, siempre reconoce y comprende con más facilidad a otro corazón que pasa por lo mismo... así que, no pienses que no comprendo cada palabra, cada gesto de dolor, aunque a veces parezca que hablemos en otro idioma... sabes bien como soy, sé bien como eres, y a veces comunicarse resulta dificil... pero no me cabe duda, de que en el momento en que necesite tu hombro para llorar, tu mano para ayudarme a levantar tras un tropezón en el camino, tu mirada transparente para enseñarme que hay otro modo de ver las cosas, tu sonrisa de aliento cuando voy por el buen camino pero temes que desfallezca, tu camaradería, tu saber escuchar, tus consejos templados, cuando necesite cualquier cosa, estarás a mi lado...
Del mismo modo que sé que conoces bien que siempre están abiertas de par en par las puertas de mi corazón, que siempre cuentas con mi apoyo, con mi consuelo, con mis charlas que a veces no dicen nada, pero que afirman tus silencios...
Mi niño, siempre puedes contar conmigo y mi amistad
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